Ya sabemos en qué consiste el trabajo del corrector (¿o no?), pero, aun así, cuando solicitan nuestros servicios nos piden cosas que no están dentro de nuestras tareas.
Así pues, ¿qué no hace el corrector?
El corrector no redacta un texto.
No reescribe lo que alguien ha escrito.
No cambia el estilo del autor.
No argumenta una por una sus intervenciones.
No revisa una y otra vez el texto cada vez que el autor quiere cambiar algo.
No ordena las ideas de un texto.
No analiza la trama de una novela y la coherencia de los personajes.
No comprueba datos o la veracidad del texto.
Sin embargo, sí puede realizar ciertas tareas si así se pacta antes con el autor. Estas son:
Elaborar índices temáticos a partir de un texto acabado.
Comprobar datos con fuentes externas.
Cotejar el texto con un original.
Transcribir y adaptar palabras de otras lenguas.
Acomodar el registro lingüístico o la variante dialectal.
Recortar el texto para que se ajuste a una maqueta o longitud preestablecida.